domingo, 24 de octubre de 2010

EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS

Esta novela se da en la capital: Lima, en el contexto de la miltitudinaria procesión del Señor de los Milagros en la cual nos muestra una realidad sombría y terrible, la cual al principio pude horrorizar al lector (como me pasó a mi) por el uso de un lenguaje lleno de jergas, relatos crudos y casi pornográficos, entre otras características, pero al seguir leyendo encontramos que es una obra que muestra sinceramente a la realidad que nos rodea, abre un camino de verdad y descubrimiento de nuestra sociedad, nos muestra a las clases burguesas cometiendo un sin fin de atrosidades, entre ellas la homosexualidad y también encontramos la otra cara de la moneda, encontramos a los barrios marginales, habitados por gente hundida en la miseria, los cuales rogaban al Cristo moreno cumplir sus más profundos pedidos; también vemos la participación de los adolescentes y jóvenes con una conciencia elemental que perviven en pandillas, cuya preocupación esencial es el sexo mal entendido y peor vivido que genera vacío y sentimientos de culpabilidad. Son los que de alguna forma dirigen las acciones hacia el desenlace. Quisiera detenerme en este último punto, los jóvenes, pues en la juventud se cultiva para luego cosechar en la adultez, y un joven sin conciencia, sin una buena formación y sin la más mínima voluntad de superación se queda estancado en un mundo pagano, donde tiene como prioridad llenar un vacio con enamorados, fiestas, drogas, etc. Esto es lo que encontramos en Bety, Mery, Miguel, entre otros personajes, por ello es admirable como Oswaldo Reynoso señala audazmente la realidad de le capital peruana.